Poder pensar en mí.
Pero no de manera egocéntrica, sino en mi personalmente.
¿Quién soy? ¿A dónde quiero llegar? ¿Qué quiero hacer?
A lo largo del camino fui conociendo diferentes personas de todo el mundo, cada uno con su manera de ver las cosas y sus costumbres.
Me hizo pensar que hay más de un camino para llegar a un mismo destino, no hay uno correcto o incorrecto, sino que es cuestión de arriesgarse y probar.
Aprendí a mirar y sacar de cada lugar su esencia.
Aprendí a disfrutar de cada paisaje, a observar atardeceres increíbles.
Empecé a escucharme.
Abandoné mis problemas.
Ordené mi desorden.
Y en donde menos esperaba hacerlo, me entendí.
A-
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