22 de febrero de 2012

Somewhere Else


Mario y Beatriz tenían una rutina bastante monótona. Desde la mañana hasta la noche. Él se levantaba temprano, desayunaba y se iba caminando hasta la esquina, donde compraba el diario, lo leía y a las diez preparaba una tostada y un café y los llevaba a la cama, donde despertaba a su mujer. Se iba a duchar y salía al trabajo, mientras ella se quedaba en la cama desayunando y leyendo el diario. Alrededor del mediodía, Beatriz comía un poco de las sobras de la noche anterior y se tiraba a ver la novela mexicana, después se dormía una siesta y Mario, a eso de las cinco (que a esa hora ya había regresado del trabajo), la levantaba para tomar el té en el balcón mirando el mar (los días que no hacía mucho frío y que estaba lindo). Después él se tiraba a ver la televisión, estar en la computadora y jugar al solitario mientras Beatriz iba a lo de sus amigos que vivían a un par de cuadras. 
A las ocho, ella ya estaba preparando la cena, normalmente eran ellos dos salvo cuando los visitaban Ana (la hermana de Mario) y su esposo que eran vecinos hace unos cuatro años ya, o alguno de sus nietos que iba a veranear ahí. Después de cenar Beatriz lavaba los platos y Mario miraba su programa de futbol de todos los días y después se iba a dormir, temprano; mientras Beatriz después de lavar los platos se sentaba en el balcón a ver el mar y hacer las cruzadas tomándose una copita de vino blanco. No había mucho que decir de ellos dos más que eran una pareja de más de treinta años juntos. Los rodeaba la monotonía, sus rutinas diarias parecían no afectarles en absoluto. Quién sabe cómo harán para mantener su relación tan estable, si hacen todos los días lo mismo. ¿Querrán cambiar en algún momento? ¿Cómo es que todos buscamos la felicidad en lo complicado mientras que ellos disfrutan con lo simple, sencillo y monótono?
Title: Travis

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